Receta para un perro “sordoverde”
Habrá que macerar
un alga rota
que irrite cada
herida y la transforme
en un impulso al
grito omnipotente.
Probablemente,
habrá que echar guindillas
para que estallen
cientos de orugas en su boca.
El ajo forma parte
del perfume
que hace
reconocible este paisaje
de cocina
doméstica,
coñac para el
color y porque, bueno,
habrá que
aprovechar el incremento
del habla que se
observa en los borrachos.
Aceite con
canciones de aceituna,
laurel como
homenaje al árbol que da sombra.
Esto para la
salsa. En cuanto al resto,
un horno
comprensivo y un lenguado
que hagan del
perro mudo y “sordoverde”
un charlatán que
ladra y se emociona.
Muy conseguido. Es una "receta" única!!!
ResponderEliminar